miércoles, 30 de julio de 2014

«El regreso de un amigo»

En la despedida del amigo
queda un adiós detenido
palabras que se congelan,
ganas de ya haberlas dicho
lágrimas que no se lloran
pa´ no aceptar que se ha ido
pena convertida en gloria,
amanecer extendido.
Para la partida de un amigo
que nos devolvió la risa
no hay adiós definitivo,
ni finales de cenizas
tanto corazón dolido
no se va creer la prisa
de la muerte que ha intentado
manchar su roja camisa.

Toda la ternura de este amigo
desparramada en la brisa
de un pueblo que habían dormido,
de una América hecha trizas.
Nadie piensa que se ha ido,
fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino,
con el Che, Martí y Bolívar.
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo
con campechana sonrisa.
Nadie piensa que se ha ido,
fue un momentico a la misa
y va a volver con Sandino,
con el Che, Martí y Bolívar.
Ese rastro que dejó el amigo,
ese antídoto de vida
contra la sierpe que sueña
a América dividida
el que levantó al mendigo
y compartió su comida
Nadie piense que se ha ido,
fue un momentico a la misa
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
la ternura de este amigo es
la luz desparramada

Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
con las frases que nos dijo
con su risa campechana
Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
seguiremos el camino
del amigo junto al alba

Todos los amigos del amigo
tienen el alma bordada
no hay adiós definitivo,
ni finales de cenizas






Nadie piense que se ha ido,
fue un momentico a la misa.

lunes, 7 de julio de 2014

El frontil y el Yugo



En las zonas de ladera, donde los suelos son pedregosos o simplemente no hay tractor, nada mejor que la fuerza de los animales para las labores agrícolas o como medio de transporte.


El campesino en Cuba y principalmente el tabacalero rotura sus tierras con tracción animal y consiste en enyugar dos bueyes, los cuales quedan unidos por una pieza de madera tallada llamada yugo, por los tarros, y un cojín (frontil) en la frente, que es en sí el centro de la tracción de esta singular pareja para tirar del Arado o la herramienta que se vaya a usar. 
Regularmente la yunta de bueyes es utilizada, casi exclusivamente, por los pequeños productores del campo, recurso que resulta muy económico, ahora... ¿Còmo enyugarlos? 


La yunta no es solo atar los animales a un yugo. Aunque a simple vista parezca sencillo, se requiere de un trabajo previo que demanda paciencia y algunos criterios para escoger los animales que conformaràn las parejas.






El campesino mediante el frontil y el yugo, herramientas con las que se unen los bueyes, el frontil es el cojín que lleva cada buey en la frente y es en sí el centro de tiro, ya que estos animales halan con la frente y no con los tarros como muchos piensan, estos aditamentos se aferran a los tarros de los bueyes con una cuerda.





Para un mejor manejo, dominio y seguridad, debe colocarse nariguera a los animales.
 

Finalmente esta pareja queda unida así para tirar del arado o cualquier otro implemento que haga falta. El boyero o arreador controla con las voces de mando y las guías que van sujetas a las narices de los bueyes por unas argollas de metal. 


 Aunque parezca facil tanto la conducciòn de la yunta como el trabajo de enyugado requiere de gran destreza.



martes, 1 de julio de 2014

Guía y guardián de La Habana


 Un haz de luz que cumple 169 años.

El faro del Morro cumplió 169 años de existencia el pasado 21de junio, símbolo por excelencia, de Cuba y en extensión, de toda Iberoamérica. 

El emblemático faro, situado a la entrada de la bahía habanera, tiene una historia no sólo larga sino única en esta parte del planeta, pues el Morro, como comúnmente se le conoce, constituye la más antigua fortificación construida por los españoles en América y punto obligado en los recorridos de cuanto turista llega a la villa de San Cristóbal de La Habana.
 Pocos años después de su reconstrucción, al Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro trazado por el ingeniero Juan Bautista Antonelli en 1585, se le anexó una torre que comenzó a utilizarse como faro desde 1764, en sus orígenes la misma era de cal y canto, de 10 metros de altura y utilizaba leña como combustible para la proyección del haz de luz. El 21 de junio de 1845, el viejo faro fue demolido y  sustituido por otro de sillería, de 45 metros de altura sobre el nivel del mar que utilizó en sus inicios el gas y posteriormente acetileno, hasta que en 1945 se electrificó.  
Símbolo de la Isla a nivel mundial y centinela de la ciudad, tiene un alcance de 18 millas náuticas con dos destellos de luz cada 15 segundos.


 El faro, aunque data del año 1845, ofrece una imagen moderna que consta de una cúpula octogonal de metal con cristales especialmente diseñados para guiar a buques y aviones.

Una escalera de caracol de 170 peldaños sirve de acceso a este vigía que descubre una impresionante vista del Centro Histórico de La Habana Vieja, y el proceso de modernización de la actual ciudad.