jueves, 12 de abril de 2012

 Vindicación de pueblos

Fotorreportaje JOSÉ M. CORREA, especial para JR


CARACAS.- Las puertas de Cuba siempre estarán abiertas a los pueblos, pero será una muralla infranqueable para los enemigos del mundo, refirieron los caraqueños que ayer realizaron una marcha y acto de desagravio frente a la embajada isleña.
Hace diez años, las tres instalaciones diplomáticas del país antillano –la embajada, el consulado y la residencia-- fueron asediadas por turbas fascistas, amparadas y descocadas hasta el paroxismo durante el golpe de Estado contra la Revolución Bolivariana y su líder, entre el 11 y el 12 de abril.
En la mañana de este jueves, desde la plaza UNEFA-Chuao, que una década atrás era conocida como PDVSA-Chuao, organizaciones bolivarianas, movimientos de solidaridad con Cuba, jóvenes trabadores y estudiantes realizaron el mismo recorrido que entonces hordas fascistas emprendieron hacia allí.
Aquella vez fue para sitiar, agredir, incendiar y hasta linchar –-si hubieran podido— a los cubanos que allí trabajaban y que iban a defender hasta las últimas consecuencias la integridad de un espacio que simbólicamente y al amparo de las leyes internacionales, pertenece al país representado.
Más que un gesto de desagravio, la marcha de ayer de los caraqueños fue un hermoso acto de vindicación de los pueblos de Nuestra América y el mundo.
Y también –-entonaron marchistas-- porque “Venezuela y Cuba han aprendido a soñar juntas, y los sueños cuando son realidad, nunca más pueden ni deben perderse”. (René Tamayo León, enviado especial)
 Venezolanos reafirmaron como propia la dignidad y heroísmo de los diplomáticos cubanos que una década atrás estaban dispuestos a defender hasta con la vida las agresiones de las turbas fascistas que los asediaban.
 Las puertas de la sede se abrieron esta vez simbólicamente para recibir al pueblo. Les dieron la bienvenida el actual embajador, Rogelio Polanco, y su predecesor, Germán Sánchez, quién dirigió, siguiendo las indicaciones y órdenes de Fidel, la defensa del edificio, y el honor de Cuba ante personeros golpistas que lo amenazaron –-en vano— con allanar la embajada, en franca violación de las leyes internacionales.
 La mentira de que Diosdado Cabello, entonces vicepresidente del país, estaba refugiado en la embajada, fue uno de los ardides de las hordas para sitiarla y atacar con saña. Tras apresar y secuestrar a Chávez durante el golpe de Estado de 2002, el era la “cabeza” más buscada. Ayer, junto a niños venezolanos y cubanos, rindió tributo al Apóstol bajo la bandera ondeante de Cuba en la sede diplomática, territorio cubano.
 La liberación inmediata e incondicional de Los Cinco Héroes fue exigida.
 Capriles Randonski, el actual candidato de la derecha, fue uno de los que pretendió hacer la requisa.
 Las mujeres bolivarianas siempre con Cuba.

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